Un hombre de 81 años de edad sobrevivió a un ataque de abejas asesinas, ocurrido el viernes 26 de mayo en Oklahoma, Estados Unidos.
El hombre, de nombre Carl Amos, sufrió durante unas 3 horas la arremetida de más de 200 abejas asesinas en su casa en Mayville.
El ataque fue tan salvaje, que el hombre terminó rompiéndose la cadera tratando de escapar de las abejas asesinas, pero hoy es capaz de contarlo.
“Golpeé a algunas [abejas asesinas] con mis manos y no puedes matarlas lo suficientemente rápido”, contó Carl Amos a la cadena Fox.
Según los reportes, el hombre de 81 años estaba cortando el césped de su casa cuando fue acosado por un enjambre de más de 200 abejas.
“Estaban en mi cabello, en mis oídos y en mi nariz, y pensé que era mejor mantener la boca cerrada porque esas abejas estarían en mi boca”, recordó.
Y es que, según contó el hombre, las abejas asesinas estaban tan determinadas a atacarlo que tuvo que aplastarlas dentro de su propia nariz para deshacerse de ellas.
La familia de Carl Amos cree que las agresoras eran abejas melíferas africanizadas o abejas asesinas.
Dicha especie es importada de Brasil y ataca en cantidades mucho mayores que sus contrapartes europeas, por lo que se les vincula a numerosas muertes en Estados Unidos.
Al ver que no podría librarse de las abejas asesinas, el hobre intentó huir de lugar, pero terminó tropezando y rompiéndose la cadera.
“La escuché explotar, así que pensé que no era bueno”, dijo Amos, recordó que las abejas asesinas continuaron picándolo cuando estaba tirado en el suelo.
TRAS ATAQUE DE ABEJAS ASESINAS, FAMILIA PIDE AYUDA PARA PAGAR LA RECUPERACIÓN DE LA VÍCTIMA
El ataque de las abejas asesinas se prolongó por tres horas hasta que un desconocido se percató de lo que estaba sucediendo y llamó a una ambulancia.
Carl Amos fue trasladado a un hospital, donde le extrajeron los “más de 100″ aguijones que tenía en todo el cuerpo, pero principalmente en la cara y manos.
Acto seguido, el hombre ingresó a un quirófano donde le practicaron una cirugía de cadera.
El doctor que atendió a Carl Amos afirma que tiene suerte de estar vivo, ya que las picaduras de las abejas muchas veces pueden poner en peligro la vida.