Thomas Alva Edison es considerado por muchos como un ladrón de ideas ya que en el siglo XIX y principios del XX los inventores se dedicaban a robarse las patentes sin ningún tipo de descaro. De esta manera, muchos de sus inventos no fueron propios, sino que se los arrebató a otros, lo mismo que seguramente harían con él en su momento. Sin embargo, hay un descubrimiento en concreto que podría cambiar las reglas del juego y que tiene que ver con las baterías. Hace más de 100 años, Edison utilizó una batería capaz de darle a los vehículos hasta 1000 millas de autonomía. Ahora, puede que esa vía se vuelva a investigar tras más de una centuria.
Además, este hallazgo surge en un momento muy importante para el mundo energético ya que han creado un hormigón capaz de almacenar energía, algo muy interesante para el mundo de la construcción. Sin embargo, el descubrimiento de Edison era más útil para los automóviles.
LA BATERÍA DE NÍQUEL-HIERRO DE THOMAS ALVA EDISON
Ernst Waldemar Jungner fue el primero en crear una batería de níquel-hierro. Sin embargo, fue Edison quien se encargó de perfeccionarla a nuevas cotas para tratar de comercializarla en sus coches eléctricos. De hecho, llevó a probarla con mucho éxito, ya que el coche en el que se desplazaba era de estas características. Todo apuntaba muy bien para esta tecnología, sobre todo si tenemos en cuenta que una figura tan importante la usaba.
En su momento, la tecnología tuvo algunos inconvenientes que causaron que fuera sustituida por los motores de combustión:
- Era demasiado grande, bastante más que una batería de plomo-hierro como las que se construían en la época.
- Era bastante más cara de producir que las de plomo de la época.
- En aquella época se consideraba que el hidrógeno podía ser malo para la salud. Nada más lejos de la verdad. El problema es que las baterías de níquel-hierro emiten hidrógeno, por lo que la cuestión creó bastantes dudas.
- La combustión empezaba a tener bastante éxito debido a que era capaz de tener una autonomía muy decente en comparación con los autos eléctricos de la época.
Por este motivo, aunque estuvo muy cerca de firmar una patente con General Motors para comercializar un coche eléctrico con esta batería. Finalmente quedó en agua de borrajas tal y como señalan en la BBC y solo se utilizó en algunos aspectos ferroviarios.
Sin embargo, hace muy poco se ha vuelto a investigar este tipo de batería en las universidades para ver si tiene potencial en la investigación y desarrollo de hoy en día. Y todo parece apuntar a que sí. Resulta que la estas baterías tienen una eficiencia energética del 80-90% lo que le da un potencial renovable increíble.
De esta manera, podría ser la actual forma de evitar las imperantes baterías de litio que son menos eficientes y ofrecen menos autonomía. Solo que habría que buscar una manera de reducirlas en tamaño para hacerlas operativas para un automóvil como los que existen hoy en día. El futuro dirá si finalmente se convierten en un estándar claro o si por el contrario vuelven a caer en el olvido como ocurrió con la idea de Edison. También es posible que si se consiguen reducir al máximo lleguen también a los teléfonos móviles y podamos finalmente conjurar el miedo de estar usando trucos para ahorrar batería.