Para el próximo año, 2025, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) planea llevar a cabo una consolidación fiscal que consiste en reducir el déficit público a la mitad, de 5.9% a 3.0% del Producto Interno Bruto (PIB), para lo cual necesitará recortar el gasto público de manera importante.
Ricardo Cantú, investigador asociado de ingresos y deuda en el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), aseguró que no queda claro si el gobierno logrará la consolidación fiscal con sólo recortar el gasto y sin incrementar los ingresos públicos, de ahí que sea importante que la administración de la presidenta Sheinbaum logre aumentar la recaudación de impuestos en los siguientes años.
“Los retos son que los ingresos petroleros para México cada vez son menores y lo seguirán siendo. Además está la transición demográfica, con una población que envejece y que cada vez irá demandando más pensiones, servicios de salud, de cuidado, al tiempo que habrá menos población trabajando”.
De ahí que, dijo, en algún punto de su sexenio, lo deseable sería que la presidenta Sheinbaum lleve a cabo una reforma fiscal progresiva que no sólo se enfoque en incrementar los ingresos públicos, sino también en revisar la parte del gasto, reforma que, recordó, su antecesor no realizó a pesar de que tuvo todo el capital político para llevarla a cabo.
En el sexenio pasado, la recaudación de impuestos creció 16% respecto a la administración de Enrique Peña Nieto, el segundo menor crecimiento para un sexenio completo en lo que va del siglo XXI.
Ricardo Cantú recordó que a diferencia de López Obrador, los tres gobiernos anteriores de Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox sí realizaron alguna suerte de reforma fiscal con el fin de incrementar la recaudación y los ingresos del gobierno, mientras que el expresidente morenista optó por aumentarla por medio de intensa fiscalización a los contribuyentes.
La presidenta Sheinbaum ha dicho que para incrementar la recaudación, durante su administración se continuará con la estrategia de fiscalización, además de un plan de simplificación y digitalización en materia tributaria. Ha descartado realizar una reforma fiscal al menos en el arranque de su sexenio.
Jorge Cano, coordinador de gasto público en México Evalúa, dijo que si en el nuevo gobierno, los esfuerzos de recaudación se siguen concentrando en los mismos sectores y no se hace una modificación en las tasas de impuestos, las estrategias que se implementen en este sexenio serán insuficientes para elevar los ingresos del gobierno al nivel que se necesita para hacer frente a las necesidades de gasto.
“Los principales retos siguen siendo el bajo crecimiento económico y la elevada informalidad que existe. Esto nos lleva a la necesidad de una reforma fiscal de gran calado, ya que la estrategia de fiscalización será insuficientes”.
Crecimiento en lugar de reforma
Por su parte, Guillermo Mendieta, integrante de la Comisión Técnica de Auditoría Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México, aseguró que antes que pensar en una reforma fiscal, el gobierno federal se debe enfocar en que haya mayor crecimiento económico.
“Los retos para la presidenta Sheinbaum serán: que la economía crezca para que haya dinero circulando, mayores ingresos y eso genere un mayor pago de impuestos, y continuar con la estrategia de fiscalización”, explicó Mendieta.