La diputada del Partido Acción Nacional (PAN), América Rangel, está envuelta en otra polémica ahora relacionada con los libros de texto de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Desde mediados de agosto, a través de sus redes sociales, la legisladora señaló que hay ‘brujería y satanismo’ en sus contenidos.
La legisladora acusó que en el libro de tercer grado de ‘Múltiples Lenguajes’ les hablan a los niños sobre poner crucifijos volteados, pronunciar conjuros de atrás hacia adelante y “actuar como asistentes personales del diablo”, publicó América Rangel en sus redes sociales.
Sin embargo, la publicación solo está acompañada de dos imágenes en las que se habla sobre las bolas de fuego como parte de las leyendas de algunas regiones de México.
https://twitter.com/AmerangelLorenz/status/1695216966875611193?s=20
El texto habla sobre la creencia de brujas en la cultura totonaca y describe cómo eran consideradas las mujeres.
¿Cuáles son los contenidos que América Rangel señala como ‘brujería’?
La cuenta Infodemia desmintió la publicación de la legisladora al decir que en el libro solo se incluyen “narraciones y leyendas en lenguas originarias que hablan sobre elementos de la naturaleza”.
Días después, América Rangel compartió otra publicación como evidencia de lo que ella ha llamado ‘Libros Satánicos’ de la SEP.
Se trata de la historieta ‘Mitch’, escrita por el autor Carlos Javier Melgar Rincón, un joven ilustrador originario de Uruapan. En ella, se narra la historia de un adolescente que tiene problemas para tener amigos y amigas y, en su casa, encuentra un libro de hechizos; así, crea a un gatito al que llama ‘Mitch’ a partir de algunos ‘ingredientes’.
“A los niños les enseñan a hacer un ritual para invocar a ‘un amigo’ usando sangre y un cráneo de animal”, dice la publicación de la diputada.
Sin embargo, no se trata de una enseñanza para “hacer un ritual”, sino del cuento sobre un adolescente y su soledad, y no se explica cómo es que se lleva a cabo el hechizo en la historia.
La legisladora también incluyó algunas imágenes en forma de historieta en las cuales muestran al niño quien menciona que utilizó el cráneo de un animal, su sangre y un juguete como parte de un ritual.
La historieta a la que hace referencia la diputada, está en el libro ‘Múltiples Lenguajes’ de tercero de secundaria de la SEP.
¿Qué es la brujería?
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), la brujería es el “conjunto de prácticas mágicas o supersticiosas que ejercen los brujos y las brujas”.
La magia está conformada por prácticas que tienen como fin dominar o controlar la naturaleza; algunos teóricos han señalado que, hace muchos siglos, no había límites claros entre la magia, la ciencia y la religión.
La idea de la brujería ha sido considerada como un mito en el que, supuestamente, personas brujas y brujos realizan pactos diabólicos y aquelarres, que son actos consideraros “en contra de Dios y la Iglesia”.
Muchas de estas ideas llevaron al asesinato de mujeres bajo la cruzada por la “cacería de brujas”.
La Edad Media (500-1500 d. C.) fue famosa por su despiadada crueldad y su desesperada credulidad. La gente solía creer en todo tipo de magia, monstruos y hadas. Pero la idea de la brujería satánica organizada no tomó forma hasta el siglo XV.
La creencia en las brujas, o sea, en la existencia de personas malvadas que realizan magia dañina, había existido en Europa desde antes de los griegos y los romanos. Sin embargo, durante la primera parte de la Edad Media a las autoridades no les preocupó mucho.
Las cosas comenzaron a cambiar en los siglos XII y XIII, irónicamente porque las élites educadas en Europa se estaban volviendo más sofisticadas.
En aquella época se fundaron universidades y los eruditos de Europa occidental comenzaron a estudiar los textos antiguos, así como los escritos del mundo musulmán. Algunos de esos documentos presentaban complejos sistemas de magia que afirmaban recurrir a fuerzas astrales o conjurar espíritus poderosos. Poco a poco estas ideas comenzaron a ganar influencia intelectual.
La gente común, aquella que más tarde sería acusada de brujería, no realizaba los ritos elaborados descritos en los libros. Recogían hierbas, preparaban pociones y quizá recitaban un breve hechizo, como habían hecho durante generaciones. Lo hacían por diferentes razones, tal vez para dañar a alguien que no les gustaba, pero lo más habitual es que lo hicieran para curar o proteger a otros. Esas prácticas eran importantes en un mundo donde la atención médica era muy rudimentaria.
Las autoridades cristianas ya habían descartado ese tipo de magia, catalogándola como una superstición vacía. Sin embargo, luego comenzaron a tomarse toda la magia mucho más en serio. Comenzaron a creer que los hechizos simples funcionaban invocando a los demonios, lo que significaba que cualquier persona que los realizara adoraba a los demonios en secreto.
Y fue en 1430 cuando intelectuales de Europa, entre ellos inquisidores de la iglesia, teólogos y magistrados laicos, comenzaron a describir encuentros donde “las brujas” se reunían para adorar a “los demonios”.
A partir de entonces el miedo a la brujería satánica creció. Y un gran número de personas comenzaron a creer y aceptar que existía, pues las autoridades de la iglesia y del estado les decían que era real. Aun así, muchos siguieron confiando en las “brujas” locales y su magia para curarse o protegerse.
Desde la década de 1400 hasta 1700, las autoridades de Europa occidental ejecutaron a unas 50 mil personas, la mayoría mujeres, por brujería. Las peores cazas de brujas podían llegar a reclamar cientos de víctimas a la vez. La cacería más grande de América colonial, en Salem, con 20 muertos, fue moderada en comparación con lo que sucedió en otras ciudades.
Salem, en 1692, marcó el final de la caza de brujas en Nueva Inglaterra. También en Europa terminaría prevaleciendo el escepticismo. Sin embargo, vale la pena recordar que, al inicio, las autoridades tuvieron que trabajar muy duro para convencer a las personas de que aquella malevolencia era real.