La Iglesia católica lamentó que la alta inflación, que ha elevado “como espuma” los precios de los productos y servicios básicos, orille a los mexicanos a tomar trabajos con condiciones precarias.
“En un mundo en el que los precios de los productos y servicios básicos suben como espuma, consecuencia de la inflación, cada vez más personas se ven orilladas a aceptar condiciones de trabajo precarias para poder subsistir”, señaló la Arquidiócesis Primada de México en su editorial “Desde la Fe“.
Por esta razón, la Iglesia católica pidió al sector empresarial priorizar el bienestar de los trabajadores mexicanos dentro de sus modelos de negocios.
Al Gobierno mexicano, la Arquidiócesis le solicitó endurecer la vigilancia del cumplimiento de los derechos laborales.
“Nos sumamos a la petición de la Conferencia del Episcopado Mexicano de unirnos en oración para que se ponga fin a la injusticia y precariedad laboral, y que se reconozcan y respeten los derechos de los trabajadores”, se lee en su publicación semanal.
La Iglesia católica también recordó que la doctrina social de la iglesia enseña que “el trabajo dignifica al hombre”; sin embargo, criticó que tres de cada 10 mexicanos se encuentra en la informalidad, sin acceso a ningún tipo de protección social o laboral.
“La precariedad laboral se acentúa en los sectores más vulnerables de la población”, agregó.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 85 por ciento de las personas indígenas labora en la informalidad laboral, mientras que señala que las mujeres ganan 15 por ciento menos que los hombres en puestos similares y tienen acceso a menos prestaciones sociales.
“El trabajo de todos los sectores de la población debe ofrecer un salario digno, procurar el ahorro y ofrecer tiempo para el disfrute de esparcimiento y actividades culturales y recreativas”, sostuvo la iglesia.
Asimismo, advirtió que mientras este derecho no sea una realidad para todos los mexicanos, “no podemos hablar de un verdadero combate a la desigualdad ni de bienestar integral”.
“En palabras del papa Francisco: rezamos por todos los trabajadores. Por todos.
Para que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados y puedan gozar de la dignidad del trabajo y la belleza del descanso”, concluyó.