Robos, secuestros, golpes e incluso la muerte son los riesgos que enfrentan los transportistas todos los días en las carreteras del país, un tema que no es nuevo, de acuerdo con las propias víctimas.
“Todo se llevaron, luego, luego, me pidieron el celular, la cartera y la chingada madre, me subieron a la camioneta de adelante, porque eran dos; me subieron y luego, luego, me encapucharon, me pusieron un trapo y amordazaron y me empezaron a madrear, me decían que qué traía y les digo: ‘Son frituras’, no querían creerla”, denunció un operador más que sufre la inseguridad en las carreteras del país.
Cansados de eso que viven día con día, criticaron una falta de estrategia para garantizar la seguridad en su trabajo.
“El tema de la inseguridad que prevalece en la mayor parte de la República Mexicana, ha sido el punto de quiebra para muchos compañeros transportistas”, declaró Lauro Rincón, presidente Nacional del Frente Federación mexicoamericana de Transportistas (FEMATRAC).
Señaló que, los estados más inseguros para ellos son Querétaro, Guanajuato, Zacatecas, Puebla, Michoacán, Jalisco, Veracruz y San Luis Potosí.
Por su parte, Benjamín Gómez, vicepresidente de FEMATRAC, declaró que mínimo, al día, en el país se registran 100 robos de camiones.
“Mínimo se han de robar 100 vehículos diarios, simplemente en el arco norte, mínimo se roban 20 camiones diario, aquí en Guanajuato, mínimo también se roban de 15 a 20 vehículos diario”.
Operadores de distintos estados dieron a conocer sus testimonios a MILENIO y todos coinciden en que han perdido la tranquilidad de salir a trabajar en las carreteras.
“En un asalto en Valle de Santiago, Guanajuato, al operador lo sacaron de la vía en donde transitaba, lo llevaron hacia un camino vecinal, lo golpearon, lo dejaron en coma, quemaron la unidad y no quedó nada”, dijo un transportista afectado.
“El día que a mí me atracaron, iba hacia Cancún, íbamos dos en convoy, iba un tío al frente y yo atrás y me avisa por el radio: ‘Aguas…están los ratas’, yo cuando llegué ya estaba la curva con camiones atravesados y ya no me pude escapar, me llevan, me suben a una camioneta y en esa camioneta ya iba otro compañero que lo habían atracado 20 minutos antes”, contó otro.
Ante la desesperación, hay quienes han pensado en “pagarle cuota” a los delincuentes.
“No sabemos ni ya con quién actuar, si con el gobierno o con quién, o ya ponernos con los mismos delincuentes, ya poner nuestra cuota o no sé qué hacer, porque ahora la delincuencia está bien armada, con chalecos, pasamontañas, hacen su retén y ahí mismo lo bajan a uno, mi sobrino afortunadamente se salvó, que no lo mataran porque lo tuvieron secuestrado toda la noche”.
Además de sufrir los golpes de los delincuentes, resaltaron que también deben lidiar con la autoridad, ya sea porque les piden algún soborno para dejarlos trabajar o porque, cuando denuncian algún delito, se convierte en un viacrucis para ellos.
“La delincuencia nos está pegando horrible, la delincuencia no me estoy refiriendo solamente aquellos que van encapuchados, con armamento, sino aquellos que traen uniforme, (…) estamos con problemas de delincuencia y ya no solamente de esos que traen su máscara, tenemos la delincuencia esa que tiene uniforme”, resaltó un transportista afectado.
“El problema aquí, fue también cuando fuimos a las Fiscalías a levantar el acta, porque el cliente me pedía el acta del robo, fuimos a la Fiscalía de Celaya, ahí nos hicieron esperar como media hora y ya cuando nos atendieron, nos dijeron no es aquí, es en Irapuato porque le correspondería a Salamanca, pero Salamanca no tiene Fiscalía, nos mandan a Irapuato, llegamos la hora de la comida, tardaron en llegar, después de 2 horas y media que nos atendieron, nos salen con la jugarreta de que no es aquí, es en Celaya”.
Reportar al 911 que sufrieron algún robo, ni pensarlo, porque no les hacen caso.
“En el 911, ya me han pasado varias situaciones y me dicen, yo hago el reporte desde Silao y los percances están en otras ciudades y en ese caso, nos dicen los del 911, usted no puede hacer el reporte hasta que esté en el lugar de los hechos” lamentó otro.